30 abril 2008

Referendum sobre el Aeropuerto Central de Tempelhof















Fracasada la iniciativa popular, a pesar del 60% a favor del Sí.

La democracia bajo mínimos. Los bolcheviques deciden lo que se va a hacer, no el pueblo.


Un precepto de la pseudoconstitución alemana (Ley Fundamental) dice:

Todo el poder emana del pueblo.

Evidentemente, la Ley Fundamental es papel mojado. Tampoco fue aprobada por el pueblo. Los políticos la manejan a su antojo ni respetan principios fundamentales como el enunciado.


Ha sido el primer referendum celebrado en el estado federado alemán de Berlín (excepto el celebrado sobre la fusión con Brandemburgo hace unos años y que fracasó por el No de los brandemburgueses), marcado por la baja participación y el intento de manipulación del voto desde el gobierno social-comunista de Berlín (algo insólito que se intente imponer la orientación del voto desde las instituciones), que se pronunció claramente por el cierre de este aeropuerto histórico y simbólico (primer aeropuerto comercial del mundo, símbolo de la libertad de Berlín Occidental durante el bloqueo del acceso por las autopistas de tránsito entre Alemania Occidental (República Federal de Alemania) y Berlín Occidental (zona ocupada por los aliados occidentales EE.UU., Reino Unido y Francia). Desde su origen en 1909 hasta el inicio del tráfico aéreo regular en 1929, ha sido siempre un referente. Bajo la dictadura nacionalsocialista se construyeron unos edificios (parcialmente inacabados) que aún hoy constituyen el tercer edificio más grande del mundo (no en altura, en superficie).

El referendum celebrado el pasado 27 de abril dio un claro Sí a la continuidad del aeropuerto, con un 60% de los votos, pero debido a que la participación no llegó al quórum necesario, el gobierno de Berlín lo declara fracasado y continúa con sus planes como si nada. Sólo faltaban 29.000 votos favorables más para hacer prosperar la iniciativa. Recuérdese lo que ocurrió con el referendum sobre la constitución europea en España: Apenas un 40% fue a votar, pero para Z era una victoria apabullante.

Participación: 36.1%
Sí: 60.2%
Porcentaje del sí sobre los berlineses con derecho a voto: 21.7%
No: 39.6%
Nulos: 0.2%
(En el recuadro se ve la distribución de los votos en las últimas elecciones autonómicas)

Lo curioso es que a la vista de un voto favorable tan elevado los políticos como el nefasto alcalde Wowereit y sus coaligados del partido comunista PDS-Die Linke ignoren la voluntad popular y sigan adelante con sus planes de convertir al aeropuerto en algo que no se sabe muy bien qué, pues no existe ningún plan concreto de lo que se quiere hacer con este área tan grande.

Además, se quiere cerrar en octubre un aeropuerto con una situación inmejorable sin saber aún cuándo se va a terminar el aeropuerto de Schönefeld, situado en la periferia de Berlín, en el estado federado de Brandemburgo, y con un Aeropuerto de Tegel completamente saturado de tráfico aéreo. Algunas líneas regionales incluso se ven ante su probable desaparición a causa de este cierre de Tempelhof.

El Senado de Berlín (equivalente a un gobierno autonómico español) no tiene ningún plan para el uso futuro de los edificios. Además, el 80% de los edificios y el 60% de la superficie son propiedad federal (del gobierno federal), de modo que se quiere decidir sobre un terreno que no es suyo. La misma canciller Merkel se pronunció hace unos días a favor del mantenimiento del aeropuerto y sería de esperar que impusiera su criterio. Al fin y al cabo, las razones que alega el alcalde traidor de Berlín son pura demagogia, ni siquiera su propio partido, el SPD, le apoyó, pronunciándose a favor del Sí.

Ya se ve lo que vale la voluntad popular en Alemania. Los políticos deciden si un referendum tiene valor o no, no los consideran vinculantes. Así ha sido con varios, como por ejemplo el celebrado en Schleswig-Holstein en contra de la reforma de la ortografía alemana, cuyo resultado no ha sido respetado.

Berlín pierde un trozo de su historia y un símbolo de su libertad. Es el triunfo de los comunistas que en 1948 no consiguieron doblegar a la zona occidental de la ciudad y que durante 40 años oprimieron a la población de la zona soviética (República Democrática Alemana).

Luego, en España los republicanos nos quieren contar que la república es democracia pura por no tener un rey como jefe de estado. Pues no estaría mal observar más lo que ocurre en las repúblicas, donde los presidentes de la república suelen ser mequetrefes dóciles de las mayorías políticas y donde los plebiscitos valen tanto como nada.

Tempelhof parece perdido a pesar del Sí. La democracia ha perdido por traición de los políticos "demócratas". Vence la chapuza sobre el sentido común, por puro odio y rencor contra lo que había antes, contra los símbolos de la nación y contra todo buen hacer. Zetas hay en todas partes.

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