24 noviembre 2008

Berlín y sus teatros (I): Radialsystem V

Hoy voy a comenzar una serie sobre el mundo de los teatros de Berlín, la antigua capital del Reino de Prusia y actual capital federal de Alemania.

Aunque a simple vista no lo parece, al conocer un poco más a fondo la escena cultural berlinesa se podría decir que está volviendo a tener una oferta cultural con visos de ser la más diversa y plural de Europa, después del período del impás que sufrió la ciudad tras la llegada al poder de los nacionalsocialistas en 1933 y la posterior división de la ciudad durante 40 años, pues ya a finales de los años veinte y principios de los años treinta Berlín se había posicionado como una ciudad puntera en todo tipo de tendencias culturales.

Al ver el mundo de los teatros berlineses por dentro, gracias a un viaje de trabajo muy interesante, la ciudad se percibe de una forma diferente desde el punto de vista cultural y escénico.

Para expresar este nuevo aire cultural de la ciudad, voy a comenzar por un teatro atípico por moderno e innovador, que se sale de lo habitual al ser privado y no contar con subvenciones públicas: El Radialsystem V.

Este espacio escénico fue inaugurado en 2006 por uno de los gestores culturales más emprendedores e ingeniosos de Berlín, Jochen Sandig (después de su marcha del teatro Schaubühne, junto a la coreógrafa alemana Sasha Waltz) y por Folkert Uhde, gestor de la Academia de Música Antigua de Berlín (Akademie für Alte Musik Berlin).

El origen de este enlace inusual de danza contemporánea y música antigua está en la ópera "Dido & Aeneas", de Henry Purcell, con coreografía de Sasha Waltz, que -al no encontrar patrocinador alguno- se realizó como coproducción entre la propia compañía Sasha Waltz & Guests y la Academia de Música Antigua de Berlín, cosechando grandes éxitos por todo el mundo. Sandig, que ya hacía tiempo que andaba merodeando por el este de Berlín en busca de un espacio vacío que sirviera de nuevo contenedor cultural para un ambicioso proyecto, se topó por fin con el Radialsystem V.

El nombre de este edificio de más de cien años de antigüedad situado a orillas del río Spree se debe a que servía en su día como estación de bombeo de aguas residuales (que se bombeaban a los antiguos campos de irrigación para la depuración en las afueras de la ciudad), un sistema radial que abarcaba a toda la ciudad. Este sistema de irradiación también queda así como sinónimo para un proyecto cultural que pretende difundir el arte escénico en todas las direcciones, de modo que Radialsystem V atrae tanto a artistas como a públicos hacia su esfera, a la vez que alcanza a ambos grupos más allá de los límites de la ciudad.

Lo que es clave de este centro escénico es su afán de diálogo. Con sus 3.000 metros cuadrados de superficie total se convierte en un espacio cultural para danza contemporánea, música antigua, conciertos, producciones musicales y conocimiento en materia de política, economía, ciencia y medios de comunicación y donde la creación y el performance conviven con conferencias, semniarios y talleres.

El arquitecto Gerhard Spangenberg fue el encargado de la reconstrucción de este edificio abandonado durante la ocupación soviética, que duró hasta 1989, situado justo en un punto del antiguo muro que separada la zona de ocupación soviética de Berlín de la parte occidental de la ciudad. Dicho arquitecto convirtió el edificio de la vieja estación de bombeo en un espacio cultural de vidrio, hierro y acero. Dos salas de teatro enormes, de 600 y 400 metros cuadrados, respectivamente, tres estudios, un café, oficinas, una terraza de 400 metros cuadrados que hace también de estudio de ensayos para danza, y una zona de terrazas ajardinadas en la orilla del río forman el conjunto de Radialsystem V.

La espectacular transformación del edificio industrial en un espacio cultural, financiada por un inversor privado, la Telamon Vermögensverwaltung oHG, ha costado 8 millones de euros. Por otra parte, la sociedad limitada Radialsystem V GmbH, entre cuyos socios se encuentran Sandig, Uhde y un tercer socio, el banquero Tilman Harckensee, firmó un contrato de alquiler por veinte años.

"Somos parte de una red internacional", subrayan Sandig y Uhde. Sin esta simbiosis entre arte y capital, entre uso cultural y comercial, la programación del Radialsystem V no sería viable. El centro no recibe subvención alguna, muy al contrario de lo que ocurre con la mayoría de las salas de Berlín. El dinero proviene principalmente del alquiler de espacios, tanto por parte de las compañías residentes como Sasha Waltz & Guests o la Academia de Música Antigua, como por parte de empresas como Siemens que organizan aquí eventos y reuniones.

Esta cercanía entre cultura y capital es especialmente llamativa si tenemos en cuenta que Jochen Sandig fue uno de los fundadores del emblemático edficio Tacheles, situado en en Distrito Centro de Berlín y ocupado por artistas en 1990, así como de la sala independiente Sophiensäle en 1996, de donde pasó -siempre en compañía de Sasha Waltz- al teatro subvencionado de la Schaubühne, para volver finalmente al teatro más privado: el Radialsystem V. Actualmente, este nuevo teatro es considerado un "milagro necesario" en una ciudad endeudada hasta las cejas y gestionada malamente por un alcalde que cierra instalaciones rentables para tener que vivir de instalaciones insuficientes. Las compañías que quieran presentar una obra en este teatro pagan por el uso de las instalaciones y se tienen que buscar su propia financiación, aunque cuentan con el apoyo técnico del Radialsystem V.

El Radialsystem V es un lugar que todo visitante de Berlín debería incluir en su agenda. Las obras de teatro moderno superan en calidad a aquellas que se presentan en salas subvencionadas y garantizan que las disfrute incluso quien no es amante del teatro moderno.





4 comentarios:

albertoestevez dijo...

Información muy útil, Atreides, para que uno se desarrolle culturalmente. La verdad es que tengo bastantes ganas de visitar Alemania, me parece un ejemplo de sociedad, aunque también tendran sus cosas malas y buenas, como toda nación.

Un cordial saludo, Atreides.

Alberto Estévez.

Atreides dijo...

Gracias, Alberto.
La serie abarcará unos ocho teatros y dos obras más de teatro moderno.

Anónimo dijo...

Un artículo muy interesante, al igual que el que le sigue y los que tienes en mente. La revitalización de la capital alemana viene siendo un hecho continuado desde la reunificación, cuando por fin Alemania pudo respirar tranquila y librarse por fin de todos los traumas que sufría desde la Primera Guerra Mundial.

A diferencia de la barbaridad que han hecho con Tempelhof las autoridades berlinesas están haciendo una magnífica labor para devolver a Berlín su antiguo esplendor. Y el caso de los teatros y espacios de arte es muy notorio, ya que son los verdaderos impulsores de la renovación tanto de la ciudad como de toda Alemania. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar aquí la reconciliación que está teniendo ahora Alemania con su pasado arquitectónico, otorgándole su verdadero valor y olvidando por fin los manidos eslóganes que lo identificaban con el totalitarismo.

Aunque bueno, un gran amante de la ciudad del Spree como tu debe saberlo. Sería interesante conocer tu opinión al respecto de la reconstrucción del Palacio Real (previa demolición del comunista Palacio de la República), o la reconstrucción de la escuela de Arquitectura.

Un saludo.

Atreides dijo...

Me alegro que te guste la serie, Pfunes. Sobre el Palacio Real escribí algo hace 16 años y lo he publicado en otro blog (Monarquía Europea + Papeles para la Acción Monárquica), pero voy a insertarlo aquí para que se lea más.

Dentro de la serie diré algo más sobre los teatros alemanes, ya que su estructura y funcionamiento es algo particular y diferente a los teatros que tenemos en España.

El mérito no es tanto del Senado, sino de muchos titulares diferentes. En cualquier caso, se nota que en Alemania la cultura del teatro es no sólo de varios siglos, sino que la población da mucha importancia a los teatros y se la educa desde joven para ir. Ya diré más sobre esto.