07 noviembre 2008

Coronación de S.M. el Rey de Bhutan

El Jefe de Estado más joven del mundo

El pasado jueves, 6 de noviembre de 2008, comenzaron en la capital de Bhutan, Thimphu, las celebraciones de la Coronación de la última Monarquía de Asia del sur que durarán tres días. El joven Rey Jigme Khesar Namgyel Wangchuck, de 28 años de edad, subirá al Trono como el jefe de estado más joven del mundo y el quinto Rey del Reino del Dragón. Aún así, se trata de un Rey muy preparado: Jigme Khesar estudió en Oxford. Los astrólogos esperaron dos años hasta que se diera una fecha favorable para su Coronación. El octavo día del noveno mes de la rata masculina de tierra por fin había llegado el momento - la última Monarquía del Himalaya tiene un nuevo Rey.

El Príncipe Heredero Jigme Khesar ejercía ya de Rey desde finales de 2006, cuando su Padre, de 52 años de edad y muy querido por su pueblo, abdicó repentinamente. El nuevo Rey, quien se pronunció claramente a favor del proceso de democratización iniciado por su padre, quería dirigirse el viernes a su pueblo mediante su Discurso a la Nación.

El Rey Padre, S.M. Singye Wangchuck, que había abdicado hace dos años, es un hombre austero. A sus 52 años, con su abdicación este Monarca tan querido por su pueblo quería iniciar el proceso de democratización y modernización. No obstante, en el futuro el Parlamento estará facultado para destituir al Rey con una mayoría cualificada de dos tercios si hubiere razones importantes para ello. Para ocupar un escaño en la Cámara Baja sólo pueden presentarse bhutaneses que hayan obtenido una licenciatura universitaria. El objetivo del estado ya se refleja en la Constitución: "Gross National Happiness” - Felicidad Nacional Bruta.



La Familia Real se presenta también muy austera. Una de las princesas vendió sus joyas para crear fundaciones con el resultado de la venta. El joven Rey quiere continuar por la senda de la democratización iniciada por su padre, con precaución, pero de forma constante. "Nosotros tenemos progreso, una paz estable, seguridad y crecimiento", dice Jigme Thinley, que formó gobierno tras las primeras elecciones democráticas celebradas en marzo. "Todo ello lo debemos a estos grandes, misericordiosos y altruistas Reyes que hemos tenido en Bhutan."

Días antes, en Thimphu se habían colocado en las calles las banderas nacionales, también la presencia pública de la policía había aumentado considerablemente. Porque en Bhutan no hay casi nada que temen más que un atentado terrorista. Tal vez también la destrucción del medio ambiente: La Constitución establece que el sesenta por ciento de la superficie del país tiene que conservarse como bosque. Y las bolsas de plástico están tan prohibidas como fumar en público.

En 2002, el Rey entregó a su hijo mayor la tradicional bufanda roja -y con ello le nombró oficialmente Príncipe heredero. Durante muchos meses, el Príncipe Jigme Khesar viajaba por el país para debatir con su pueblo una nueva constitución democrática, que fue aprobada este año. No se conocen travesuras del portador de la esperanza de sólo 28 años de edad. La moneda nacional no fue introducida hasta los años 1960. Tal vez este hecho explica el amor de Bhutan por el oro. En la imagen correspondiente se ve el Palacio de Dzong en vísperas de la Coronación.

El Palacio Real en todo su esplendor
El Palacio de Dzong en Thimphu, en el que continúa la celebración de la Coronación iniciada en el Palacio Real de Punakha, se encuentra situado en un alto un poco en las afueras de la capital, situada a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. El Dzong, un antiguo fuerte budista, sirve ahora de sede gubernamental. El último Reino budista del Himalaya era antiguamente un país muy aislado y fuertemente controlado. Ahora se abre poco a poco a la modernidad. La mayoría de los 700.000 bhutaneses consideran que es mérito del Rey que su cultura y su autodeterminación hayan podido ser conservados en un estado propio, enclavado entre 1.100 millones de indios en el sur y 1.300 millones de chinos en el norte. Estas dos potencias mundiales ya se han engullido a dos otros reinos budistas, Sikkim y Tibet.
Una cabeza de cuervo como Corona
En el Salón del Trono del Palacio Real de la capital de Thimphu, el Rey Padre colocó al nuevo Rey Jigme Wangchuk la Corona tradicional en forma de una cabeza de cuervo bordeada. Después, el nuevo Rey subió al Trono dorado. A partir de este momento, S.M. Jigme Wangchuk se puede llamar "Rey Dragón".
Buda y el Pez de la Sabiduría
A continuación, el Monarca pasa revista a su guardia de honor, junto a gigantescas banderas que representan la vida de Buda y de los gurús, que llevaron el budismo a Bhutan. Los más altos dignatarios del país regalaron al Rey frutas, vino y ocho objetos especialmente cargados de simbología, entre ellos un parasol y un "Pez de la Sabiduría".
El pueblo llena las calles
Miles de personas, algunas de ellas habían llegado de regiones lejanas tras varios días de viaje, quieren presentar los honores al nuevo Rey y entregarle una bufanda como marca la tradición - para que le traiga suerte. Debido a la saturación, la policía tuvo que denegar a varios fieles decepcionados el acceso al Palacio Real. Quien logró acceder, disponía sólo de cinco segundos para la audiencia. Y así las calles de Thimphu estuvieron llenas de miles de bhutaneses.
Un pueblo que tiene miedo a la democracia
Oraciones, ritos y danzas tradicionales dieron el marco a las festividades, para las que el país se abrió más que nunca a los visitantes extranjeros que normalmente no pueden acceder a él casi nunca. El Rey es muy querido por su pueblo. Se dice que el pueblo tuvo que ser obligado por la Casa Real para que aceptara la democracia, ya que teme cambios demasiado bruscos.
Regalos para el nuevo Rey
No sólo los más altos dignatarios ofrecieron al Rey frutas y vino - el mismo Rey, a su vez, hizo regalos a los niños de Bhutan. En la foto se ve al Rey inclinándose a un niño.
Tres días de música y danzas
Las festividades en todo el país para celebrar la Coronación del ReyJigme Khesars duran tres días.
Danza dorada
También muchos pastores de Yaks que viven como nómadas acudieron a la capital Thimpu para poder participar en las festividades con tanto brillo. En parte tuvieron que viajar para ello durante una semana. En la imagen se ve a un bailarín en traje nacional. El gobierno pidió expresamente el uso de los trajes nacionales.
El Rey Dragón
Del nuevo Rey se espera la continuidad de la democratización paulatina del país, al igual que la ampliación de la ideología de la felicidad nacional bruta: Detrás de ella está la convicción de que el bienestar en sí no hace la felicidad, sino un medio ambiente intacto, las tradiciones y la cultura son igualmente imp0ortantes. Pero quedará un misterio: ¿Cuándo se casará el joven Rey Jigme Wangchuk? El Rey aún sigue soltero.
Invitado de honor: La India
Numerosos invitados de todo el mundo asistieron a la ceremonia. A invitación por la Casa Real, entre los asistentes se encontraba la invitada de honor más importante, la presidenta de la India, Pratibha Patil. En muchos aspectos, Bhutan depende hoy en día de la India. India construye hospitales y exporta muchos bienes a Bhutan que no pueden ser fabriocados en el país, por ejemplo coches y autobuses. Además, el Rey recibió su formación militar.
¡Viva S.M. el Rey de Bhutan!
¡Larga vida al Rey!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Vaya con el Rey de Buthan! ¡Si casi tenemos la misma edad!

Ya quisieran muchos políticos occidentales estar la mitad de preparados que él con 28 años, es lo que tiene estar preparando a una persona desde que nace para ser un dirigente.

Me ha llamado mucho la atención la norma de que sólo puedan obtener un escaño en al Cámara Baja los bhutaneses que hayan obtenido una licenciatura universitaria... Me gusta su meritocracia, tan alejada de nuestro igualitarista clientelismo político.

Seguramente más de uno dirá que es antidemocrático, pero muy justo no es que sea que haya dirigentes políticos con apenas el graduado escolar o el título ed bachiller, que han obtenido sus privilegios a fuerza de medrar dentro de un partido político al estilo de los más incompetentes ministros del Antiguo Régimen.

Un saludo

Anónimo dijo...

Excelente reportaje, Atreides.
Abrazos