09 agosto 2009

Inflación de premios entre blogueros

Llevo algún tiempo ya reflexionando sobre la utilidad práctica de los premios que últimamente abundan por la blogosfera, un fenómeno que se podría calificar de inflacionista, y como toda inflación devalúa la calidad y el verdadero valor de estos premios.

En realidad, no se trata tanto de premios como de muestras de interés, amistad o simpatía entre blogueros, y más que un premio constituyen un castigo, pues todos implican que los comentes y repartas entre un número a veces exagerado de blogs, lo que en suma desvirtúa aún más el sentido de un premio al ser premiados muchas veces los mismos blogs en repetidas ocasiones, siendo la elección de los agraciados (o mejor dicho desgraciados por el trabajo que supone responder a una concesión) ya más mecánica que estudiada.


En el blog
Doramas se pueden leer algunos razonamientos bastante negativos sobre el asunto de los premios, y no coincido con todos. Cuando comenzaron a llegar los primeros premios, ya estaba pensando si el trabajo de repartirlos después merece la pena. Llegué a la conclusión de que en cierto modo sí, concretamente por dos motivos:

1. Recibir un premio de otro bloguero significa que tiene cierto aprecio por lo que escribe uno en su blog.


2. La mención de tu blog con el enlace correspondiente supone más visitas, más lectores y que conozcan el blog personas que no sabían de su existencia. Teniendo en cuenta que en cada ciudad grande como Madrid puede haber fácilmente miles de blogs sobre todo tipo de temas, que alguien difunda el tuyo es una ventaja. Del mismo modo, el premiado hace lo mismo con blogs que aprecia y los da a conocer a su público. He podido dar con muchos blogs interesantes que no conocía y que me gusta leer de vez en cuando e incluirlos en mi lista de enlaces.


Ahora bien, al margen de estas dos ventajas, lo que es cierto es que los premios generalmente ni tienen que ver con los
contenidos ni son realmente un premio, ya que se crean sin aspiraciones de ser distinciones por la calidad de determinados blogs, y su multiplicación por cada concesión (si se concede a 15 blogs y estos lo concveden a su vez a 15 blogs, ya son 225) quita todo valor al premio. Es como cuando se da un aprobado general a un curso sin miramientos de si los alumnos conocen o no el temario.

Lo que tendría más sentido es un premio de concesión limitada y no condicionada a un reparto posterior, a título de reconocimiento, no de castigo, ya que la recepción continuiada de premios de este tipo acaba en esclavitud y pérdida de tiempo: La redacción de la entrada -que nada tiene que ver con las inquietudes del bloguero- supone al menos media hora, la selección de blogs para el reparto posterior puede suponer otra media hora y la colocación de los mensajes en los comentarios de los blogs elegidos (normalmente no tenemos los correos electrónicos de los autores) supone por lo menos otra media hora, de modo que las dos horas perdidas no te las quita nadie.
Seguramente tampoco se compensa esa inversión de horas de trabajo por el incremento de visitas y lecturas, y estas dos horas se podrían emplear -ya puestos- en leer los artículos de otros blogs encontrados entre los enlaces de los blogs que uno suele leer más a menudo.

He encontrado en el blog
dosbit una descripción gráfica de la vida de un bloguero bastante acertada y cuyo autor es Paul Bredshaw. La copio en esta entrada. La inflación de premios puede provocar la muerte por sobrecarga de cualquier blog y lleva a llenar sus páginas de entradas sin utilidad más allá de la difusión de enlaces de blogs recomendados. En realidad, una opción mejor para premiar a otros blogs es recomendarlos simplemente sin tanto paripé de premios inventados sin ton ni son.

Por lo tanto, tras reflexionar más sobre la problemática, me sumaré a la propuesta de Doramas y me limitaré a reflejar los premios que me lleguen en la vitrina que tengo en forma de álbum en el lateral.

Como toda la blogosfera, su funcionamiento va evolucionando. Aparecen ideas nuevas como ésta de los premios, se hacen obsoletas con el tiempo y son sustituidas por otras. Lo que parecía útil en un principio acaba siendo una carga. Tenemos que progresar, innovar y buscar nuevas formas para incentivar cualquier actividad. La de los blogs es una actividad muy útil, porque desarrolla y afianza la libertad de expresión y crea nuevas formas de relacionarse con otras personas a través de las opiniones de cada uno expresadas en forma de artículos o comentarios. Lo de los premios ha llegado a sus límites. Toda masificación es mala y provoca al final la implosión por la espiral del deterioro que causa. Seamos, por tanto, innovadores en las formas del reconocimiento mutuo.

8 comentarios:

D45 dijo...

La verdad es que los premios eran un poco coñazo, aunque bueno, yo en 1 hora los solventaba, sobre todo eso de avisar. Usaba una plantilla y ya está.

Aunque bueno, no te imaginas la cantidad de enlaces que han llovido estos días con la monserga de los premios.

Y tienes razón, yo simplemente agradeceré cada x días a las personas que me los den y nada más.

Saludos.

Doramas dijo...

Muy clara y correcta tu exposición.
Ahora habría que ver, el desarrollo de la misma, a varios meses vista.

CHOPINGO dijo...

Veremos el desarrollo,hay momentos en los que han dejado de entrar por no acordarme de ponerlos,tuve que hacer una lista,hay momentos que los acepto y no les entrego.

Atreides dijo...

Yo sé que todos los que me dan estos premios lo hacen por tener aprecio a mi blog, y así lo hago yo, pero evidentemente el invento empieza a desbordar y perder valor por su aparición masiva.

Anónimo dijo...

A mi tanto premio me da sueño.

Pedrulo Maturulo dijo...

Siempre me ha hecho mucha gracia eso de los premios, la verdad es que no lo comprendía muy bien, gracias a ti ya lo tengo claro.
En fin que los premios son un spam disfrazado de elogio y la mejor manera que tiene uno de promocionarse es poner el corazón en lo que se hace, o al menos eso intento cada día.
Saludos.

Blumun dijo...

Ay querido, no sabes que bien te entiendo. Estoy de "premios" hasta la peineta :)
Y al final son un castigo, y cuando mejor pagerank, más te caen.
Yo tambien prefiero que me nombren por cualquier cosa. Y yo hacer lo mismo, que recibir y repartir premios.
Agota al más pintado:)
Saludos.

AMDG dijo...

Pienso exactametne igual, Atreides. Me sentía un poco culpable porque me concediste varios premios en los últimos meses y no he podido responder adecuadamente.
Un saludo.