06 noviembre 2010

El Boston Tea Party: El motín contra la Ley del Té que dio origen a la independencia

1846: Imagen clásica del Tea Party de Boston.
No estaría de más que los periodistas se informaran mejor sobre el significado del Tea Party, del que ahora hablan todos y cuyo origen no parecen conocer, pues entre las muchas barbaridades que dicen está la confusión sobre el término "party", que no siempre -y menos en este caso- es sinónimo de "partido", sino también puede significar "fiesta", incluso en sentido irónico.

El surgimiento del movimiento Tea Party, ubicado básicamente en un sector del Partido Republicano estadounidense, tiene en común con aquel motín de 1773 en Boston que parte de unos valores que dieron origen a la independencia de las colonias británicas que posteriormente se conviertieron en los 13 estados fundadores de EE.UU.

Como todo el mundo puede leer en la Wikipedia y en cualquier libro de historia sobre los Estados Unidos de América, se trata de un motín y no de un partido.

Historia

El martes 16 de diciembre de 1773 tuvo lugar en Boston el denominado Boston Tea Party (Motín del Té), en el que se lanzó al mar todo un cargamento de té. Fue un acto de protesta de los colonos americanos contra Gran Bretaña y es considerado un precedente de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.

La rebelión de los colonos en el puerto de Boston, Massachusetts, nace como consecuencia de la aprobación por Gran Bretaña en 1773 del Acta del Té, que gravaba la importación a la metrópoli de distintos productos, incluido el té, para beneficiar a la Compañía Británica de las Indias Orientales a quien los colonos boicoteaban comprando el té de Holanda.

La Stamp Act (Ley del Timbre) de 1765 y las Townshend Acts (Leyes de Townshend) de 1767 hicieron que los colonos se disgustaran acerca de las decisiones británicas sobre imponer tributos a las colonias sin previa consulta en el Parlamento de Westminster. Uno de los manifestantes era John Hancock. En 1768, la embarcación Liberty de Hancock fue retenida por funcionarios de aduanas y se le imputaron cargos de contrabando. Lo defendió John Adams y los cargos fueron finalmente retirados. Sin embargo, Hancock tuvo que enfrentar después otros cientos de acusaciones.

Hancock organizó un boicot al té proveniente de China y vendido por la Compañía Británica de las Indias Orientales, cuyas ventas en las colonias cayeron de 145 000 kg a 240 kg. Ya en 1773 la compañía tenía grandes deudas, grandes stocks de té en sus depósitos y ninguna perspectiva de ventas ya que contrabandistas como Hancock importaban el té sin pagar aranceles. El gobierno británico aprobó la Tea Act (Ley del té), que permitió a la Compañía de las Indias Orientales vender té a las colonias directamente, sin pagar ningún arancel o impuesto de aduanas en Gran Bretaña, a cambio de pagar el arancel colonial, que era mucho menor. Esta suspensión de impuestos permitió a la Compañía vender a precios menores de los ofrecidos por los colonos mercantes y contrabandistas.

Los colonos, en especial los contrabandistas acaudalados, se ofendieron por el trato de favor a una gran compañía que había actuado como lobby y ejercido gran influencia en el Parlamento. Resultado de esto, se produjeron protestas en Filadelfia y Nueva York, pero fueron las manifestaciones que tuvieron lugar en Boston las que dejaron huella en la historia. Aún recuperándose del incidente de las "Cartas de Hutchinson", los pobladores de Boston sospechaban que el nuevo impuesto del té era simplemente otro intento del parlamento británico para apabullar la autonomía colonial. Samuel Adams, prósperos contrabandistas y otros que habían sacado provecho del contrabando del té, exigieron a representantes y consignatarios de la Compañía Británica de las Indias Orientales que abandonasen sus puestos. Los consignatarios que dudaban eran atemorizados con ataques a sus depósitos e incluso a sus casas.

El primero de muchos barcos cargados de té de la Compañía Británica de las Indias Orientales era el HMS Dartmouth, llegando a fines de noviembre de 1773. En ese momento, ocurrió un impasse entre las autoridades portuarias y los Hijos de la Libertad. Samuel Adams avivó a la creciente multitud exigiendo una serie de asambleas de protesta. Miles asistieron a estas asambleas provenientes de la ciudad y de las áreas periféricas, cada reunión más grande que la anterior. Las multitudes clamaban desacatar no solo al Parlamento Británico, la Compañía de las Indias Orientales y al HMS Dartmouth, sino también al Gobernador Thomas Hutchinson, quien luchaba por que el té fuese desembarcado. La noche del 16 de diciembre, la asamblea de protesta en la Old South Meeting House de Boston fue la más grande vista hasta entonces. Se estima que asistieron alrededor de 8000 personas.

Hechos

La noche del mismo día se puso en marcha el movimiento. Antes de que debiera desembarcarse el té, los Hijos de la Libertad (según fuentes, entre 60 y 150 personas) se disfrazaron como indios mohawk, dejaron la gran asamblea de protesta y se dirigieron al muelle de Griffin, donde estaban el Dartmouth y los recién llegados Beaver y Eleanour. Rápida y eficientemente, armados con hachas y cuchillos, amedrentaron a los marineros y subieron cajas de té de la bodega a la cubierta (prueba razonable de que algunos de los «indios» eran, en efecto, estibadores). Abrieron las cajas y arrojaron el té por la borda. El trabajo que duró hasta entrada la noche, duró menos de tres horas, fue minucioso y eficiente. Al amanecer, 45 toneladas de té de un valor estimado de £10 000 fueron vertidas a las aguas del puerto de Boston. Nada más fue dañado o robado, a excepción de un candado roto accidentalmente y reemplazado anónimamente poco después. El té flotó en las orillas alrededor de Boston durante semanas.

Reacción

Este acto atrajo críticas de funcionarios tanto de la colonia como británicos. Por ejemplo, Benjamin Franklin declaró que el costo del té debía ser reembolsado y ofreció pagarlo con su propio dinero. La rectificación inglesa casi inmediata no evitó lo que se ha denominado la «masacre de Boston» —hubo cinco muertos— y se boicotearon los productos procedentes de Inglaterra. El gobierno inglés cerró el puerto de Boston en 1774 como represalia y declaró el estado de excepción, instaurando otras leyes conocidas como Intolerable Acts (Ley de Actos Intolerables), también llamadas Coercive Acts (Leyes Coercitivas) o Punitive Acts (Ley de Actos Punibles). Sin embargo, para un número de colonos estas leyes fueron suficientes para llevar a cabo actos similares, como la quema del barco Peggy Stewart. El motín del té en Boston se convirtió en  una de las varias causas que llevaron a la Guerra de la Independencia de Estados Unidos. Al menos, este motín y las reacciones posteriores sirvieron para consolidar el apoyo a los revolucionarios de las trece colonias que lograron imponerse finalmente en la guerra por la independencia.

En cuanto al consumo del té, muchos colonos, en Boston y otros lugares del país, juraron no tomar dicha bebida como señal de protesta, prefiriendo otras infusiones herbales y el café. No obstante, este movimiento social de protesta contra el consumo de té no fue duradero.

Influencia internacional

El motín del té en Boston es conocido mundialmente y fue inspiración para otras rebeliones. Por ejemplo, Erik Erikson dijo en su libro Gandhi's Truths (Las verdades de Gandhi) que cuando Mahatma Gandhi se reunió con el virrey británico en 1930, después de la Marcha de la sal, tomó un poco de sal, exenta de aranceles, de su manta y dijo, con una sonrisa, que la sal debía hacer recordar al famoso motín del té en Boston.

En este sentido, el Tea Party actual promovido por una parte de la militancia del Partido Republicano es una rebelión contra la política del gobierno central estadounidense que perjudica los intereses elementales de los ciudadanos y es contraria a los valores originales de los Estados Unidos de América.

Si bien el movimiento del Tea Party podría tener sus equivalentes en Europa o Canadá, donde existe una problemática casi idéntica (desindustrialización, pérdida de valores comunes, inacapacidad de solucionar los problemas de la sociedad actual), los fundamentos de la "rebelión" siempre serán diferentes, no pudiendo tomarse como base de partida un motín que fue una particularidad de los 13 estados fundadores de EE.UU.

Seguramente ha llegado la hora de la rebelión ciudadana, no sólo en Estados Unidos, pero en cada país a su manera.

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