03 enero 2011

El desempleo y la visión aliciana de la realidad

España, muy al contrario de lo que ocurre en Europa Central, sigue sin mejorar si situación de empleo. Ello se debe, sobre todo, a la inacción del gobierno socialista, más preocupado por el progreso en sus objetivos ideológicos y el recorte continuo de las libertades individuales que por  la búsqueda de soluciones eficaces contra el desempleo y la deslocalización. 

A últimos de diciembre de 2010, el número de parados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) se situó en 4,1 millones de personas, tras subir en 176.470 desempleados en el conjunto de 2010, con un aumento porcentual del 4,5% respecto a 2009, según informó el Ministerio de Trabajo e Inmigración. En concreto, el volumen total de parados alcanzó a cierre del pasado año la cifra de 4.100.073 desempleados, su nivel anual más alto en toda la serie histórica comparable, que arranca en 1996.

SIn embargo, el peor de todos los presidentes del gobierno habidos en España considera que la escasa bajada del número de desempleados en el mes de diciembre en 10.221 personas, el 0,25% respecto al mes anterior, es un dato positivo. Pero no deja de ser simplemente un efecto estacional de la campaña de Navidad durante la cual los comercios y la hostelería suelen demandar más trabajadores para poder atender a sus clientes, y teniendo en cuenta esta circunstancia el dato es bastante desalentador.

La secretaria de Estado de Empleo, Mari Luz Rodríguez, ha destacado en un comunicado que, aunque el paro ha aumentado en 2010, su crecimiento ha sido el más bajo de los últimos tres años. No obstante, Rodríguez ha reconocido que no se puede hacer una "lectura complaciente" de los datos, pues sigue habiendo más de 4 millones de personas en paro por las que seguir trabajando.

Donde sí se ha trabajado en el problema con un éxito notable es en Alemania. El mercado laboral en Alemania demostró en 2010 su fortaleza al registrar un nuevo máximo histórico de empleo al alcanzar la cifra media anual de 40,37 millones de personas ocupadas, lo que supone un incremento del 0,5% (197.000 personas) respecto a 2009, según los datos provisionales publicados por la Agencia Federal de Estadística de Alemania (Destatis).

Asimismo, la cifra de desempleados registró un descenso de 297.000 personas, hasta una media anual de 2,93 millones, y la tasa de paro retrocedió seis décimas respecto a 2009, hasta el 7,4%. No es que tres millones de desempleados sea un dato bueno para Alemania, pero comparativamente es un país con 35 millones de habitantes más que España y que cuenta con un tejido industrial consolidado y mucho más fuerte que España, donde la industria se concentra en pocas regiones y tiende a la deslocalización masiva, aunque el mismo fenómeno se produce en Alemania y los demás países occidentales. Destatis precisó que prácticamente tres cuartas partes de las personas empleadas en Alemania lo hacía en el sector servicios, frente al 59,5% de 1991. Por otra parte, tan sólo el 2,1% de las personas ocupadas trabajaba en el sector primario, frente al 3,9% de 1991. Asimismo, el sector de la construcción sólo ocupaba en 2010 al 5,5% del total de personas con empleo en Alemania, frente al 7,3% de 1991. El anterior récord de empleo en Alemania se registró en 2008, cuando el mercado laboral germano ocupaba a 40,21 millones de personas.

Lo que sí ocurre tanto en España como en Alemania es que se maquillan las estadísticas de desempleo. Aparte de los cursos de formación financiados por el estado, en Alemania la existencia de los subsidios sociales elimina a muchísima gente de los registros de desempleo. Alemania cuenta con varios millones de subsidiados que viven con bastante comodidad y a veces incluso mejor que los que tienen un salario mínimo. Si se contase a este grupo de población, el paro en Alemania se dispararía.

No obstante, el lema del gobierno español es él de echar cortinas de humo para no ver la realidad e intentar no dejar que la vean los demás. Llama la atención que en otros países se está consiguiendo remontar la crisis, mientras que aquí no hace sino agravarse a diario.


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