07 febrero 2011

Egipto a la deriva: El fin de la estabilidad

Los acontecimientos en Egipto parecen adquirir una dinámica peligrosa, muy peligrosa. Supuestamente, las revueltas se iniciaron por la chispa de lo ocurrido en Túnez, un país que poco tiene que ver con Egipto, aunque ambos tienen en común que han sido, hasta hace poco, los dos países árabes del norte de África más abiertos a Occidente, con modos de vida más tolerantes en materia religiosa y con una mezcla de culturas y religiones que hasta hace muy poco tiempo convivían de forma bastante pacífica.

En los últimos años aumentaron en Egipto los ataques contra los cristianos, mayormente coptos, una vertiente cristiana que se puede considerar una de las más antiguas, que se formó más o menos en los tiempos en los que el Imperio Romano comenzó a descomponerse y convertirse al cristianismo. Curiosamente, las revueltas se centran en la zona de Alejandría y El Cairo, y fue en Alejandría donde se produjeron hechos muy graves en vísperas de la caída del Imperio Romano y que ilustra muy bien la película "Ágora" de Alejandro Amenábar. Entonces fueron los cristianos los que arrasaron con la cultura romana en Alejandría, y ahora son los musulmanes.

Lo que más sorprende en toda esta espiral de violencia es la violencia verbal de los máximos dirigentes políticos del mundo occidental, que arremeten contra el presidente egipcio Mubarak al unísono con los medios de comunicación. Esto parece una conjura para derribar al último presidente egipcio que no sólo ha sido aliado de Occidente, sino que ha sabido mantener la estabilidad en su país durante décadas.

El pescado ya está vendido
No sería la primera vez que Estados Unidos de América, esta vez bajo la presidencia del afroamericano, sospechoso de musulman encubierto, meta la pata hasta el fondo tomando decisiones completamente opoyuestas a la razón y a los intereses de Occidente. El mejor ejemplo es él del Shah de Persia, Reza Pahlewi I, al que de repente abandonaron los americanos dejando paso al protegido de Francia, el ayatolá Jomeini, para permitir la instauración de un régimen islamista sanguinario y opresor. O pensemos en el apoyo -equivocado- de los americanos a los talibanes en la lucha contra la invasión soviética de Afganistán, los que finalmente instauraron un régimen islamista radical en dicho país y que siguen, hoy en día, ostentando el poder fáctico en Afganistán.

Pues ahora toca a Egipto. Los medios de comunicación, controlados por el Club Bilderberg, que a su vez controla a Obama y a Merkel, arremeten contra Mubarak y parecen favorecer el avance de los islamistas, por razones que se me escapan a toda lógica, aunque pueden muy bien tener un objetivo claro: crear miseria, inestabilidad y muerte masiva. Pero no tengo muy claro si los del Cluib Bilderberg, cuyo control ejercen, sobre todo, algunos judíos muy ricos como Rockefeller, saben controlar a los musulmanes para que les hagan el trabajo sucio que necesitan que alguien haga por ellos para poder dar el golpe final.

El único político de Occidente que se ha atrevido a salir en defensa de Mubarak es Berlusconi, el primer ministro italiano. Y como es lógico, toda la jauría de periodistas comprados y cendidos se le echa encima como una manada de hienas habrientas. Sólo que Berlusconi dice la verdad.

En Egipto y en Túnez no se trata de "conquistar la libertad", como afirman algunos. Antes, en EGipto las mujeres no llevaban apenas velos, en Túnez -al menos en la mitad norte- tampoco. Hoy en día el velo predomina. Si fuera una cuestión de libertad, las mujeres ahora se quitarían los velos y mandarían a paseo a todos los imanes que les imponen esa cárcel textil que no les deja ver el mundo como es.

Que no nos engañen. Los egipcios y los tunecinos tenían bastante más libertad con sus gobiernos autocráticos que lo que les viene encima con los islamistas. Llama la atención la llamada del ayatolá Jamenei, de la dictadura islamista iraní, a formar un "movimiento islámico de liebración". Y es allí donde tenemos el quid de la cuestión, el verdadero significado de lo que llaman los musulmanes "libertad".

Las palabras del presidente iraní son elocuentes. "Si Egipto rompe su alianza -con Israel- y asume su verdadera posición, qué gran suceso sería para la región." "Todas las profecías del desaparecido imán se harían realidad", con lo que Jamenei se refiere al levantamiento popular en todo el mundo islámico que anhelaba el incendiario Jomeini.

Esto significa tanto como que la guerra santa se extendería de una forma que daría el salto a Europa, donde los islamistas han infiltrado desde hace décadas a sus quintas columnas, que cuentan ya con millones de musulmanes en toda Europa y podrían paralizar al mundo Occidental en un santiamén. La mejor muestra son las masivas manifestaciones de incontables egipcios, tunecinos y otros musulmanes en toda Europa, lo que debería ser un aviso para nuestros políticos que nos venden desde 1973, cuando firmaron las Resoluciones de Estrasburgo que establecen la entrega de Europa a los musulmanes.

Apocalipsis now?
Que sean precisamente los imanes dictadores de Teherán los que saludan las revueltas en Egipto y Túnez es la muestra más clara de lo que se trata: derribar a todos los regímenes prop occidentales, instaurar regímenes totalitarios islamistas y preparar el salto definitivo a Europa y el acorralamiento de Estados Unidos. Y no olvidemos que el Canal de Suez, que poco se menciona en toda esta situación, es vital para los intereses de Occidente. Egipto en manos de los islamistas pondrá en riesgo el suministro de petróleo. Si luego las revueltas saltan a Argelia, donde también se han registrado algunos disturbios recientemente, todo el suministro de gas natural se quedaría en manos de los que quieren vencer a Europa y someterla a su voluntad. La única salida sería una guerra que dejaría muy tocados a los europeos. ¿Será esa la razón por la que los países del sur de la UE están en la situación en la que están? ¿Serán campo de batalla en esta guerra inminente entre Europa y el mundo árabe? ¿Cuál es el papel de EE.UU., qué es lo que persigue Obama? En 2012 sabremos más.



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