24 mayo 2008

La Derecha divagante, Sarkozy y el Profesor Inmundicias

El presidente francés Sarkozy es un ejemplo de lo que no puede ni debe ser la derecha: Un progre camuflado de conservador, a veces duro, a veces blando, y adorador de bolcheviques desprestigiados de la generación del mayo de 1968.

La última propuesta de Sarkozy de que Felipe González se convierta en presidente de la Comisión Europea no
es sólo una insensatez, es también una traición a su electorado y todos aquellos que votan opciones políticas similares en la Unión Europea. Pero lo que es más grave: Quiere elevar a categoría de jefe formal del ejecutivo europeo a un político fracasado, envejecido y desequilibrado que no puede aportar nada positivo a la política europea, un ex primer ministro que ya no pinta nada ni en España ni en su partido y que mucho menos puede aportar ideas nuevas a una Europea en transformación y ante retos que precisan de gente dinámica, sensata y ampliamente aceptada.

El último Parlamento Europeo tiene una mayoría de derechas, si ante la reconversión
de algunos partidos de la derecha se puede aún hablar de derecha, pero ni los propios dirigentes de esa derecha centrista parecen tener el más mínimo interés en defender sus propias posiciones y aupan constantemente al poder a políticos de la izquierda que no tienen ninguna legitimación electoral para ocupar altos cargos en la UE. Un ejemplo fue que Borrell fuese nombrado presidente del Parlamento Europeo para los dos primeros años de la legislatura europea y que hay demasiados comisarios europeos pertenecientes a partidos socialistas que influyen en las decisiones de la UE sin contar con la voluntad popular.

La ex mujer de Sarkozy ya lo dijo muy claramente cuando se divorció de Sarko: Es un desequilibrado. S
arko es de la misma calaña de la nueva derecha que hace constantes guiños a la izquierda. Así quiere proponer a una momia política que, además, es otro desequilibrado, pues desde que Felipe González perdió las elecciones ha sufrido un deterioro paulatino de su capacidad intelectual. Ya fue bastante sorprendente que lo nombraran presidente del consejo de sabios de la UE, algo demuestra lo enajenados de la realidad que viven los políticos en Bruselas, pues Felipe González no es precisamente un sabio que pueda dar consejos útiles. No me cabe en la cabeza que políticos echados de su puesto por los votantes y con una nefasta trayectoria en lo que respecta a su gestión al frente de un gobierno puedan ser propuestos para un cargo tan importante como presidente de la Comisión Europea. La falta de democracia en la Comisión es algo que clama al cielo, el Parlamento Europeo no pinta nada. Es un poco como en el PP. Los dirigentes carecen de legitimidad e imponen su criterio, las bases no pintan nada. Sarko ya levantaba dudas en mi cuando hizo su campaña y más cuando nombro a ministros de la izquierda. Me causó aún más dudas cuando montó el espectáculo con Carla Bruni en Egipto. Con esta propuesta Sarko definitivamente ha caído en desgracia para mi.

Esto es muy sintomático de lo que pasa en el PP. Es curioso que los recientes contactos de Rajoy con Sarkozy y Merkel hayan tenido como consecuencia su cambio radical al frente del PP. Sobre todo Merkel, como ya dije en otro comentario, no ha hecho más que dedicarse a eliminar a los políticos claramente conservadores de su partido. Las "flautas del bloque comunista", como se llamaban a los políticos pertenecientes a los clones de los partidos germano-occidentales en la antigua República Democrática Alemana (dictadura comunista de la zona soviética), que sólo podían optar por decir sí a todo lo que dictaba el partido único SED - Partido Comunista de Honecker, paisano de Oskar Lafontaine que -como los padres de Merkel- se pasó a la RDA cuando ésta fue fundada por los ocupadores soviéticos (téngase en cuenta que formalmente la RDA tenía varios partidos en la Cámara Popular: La CDU del este, los liberales del este (LDPD), los neonazis del este (NDPD), el partido de los campesinos (DBD)), fueron integrados en los partidos democráticos occidentales sin mayores trabas, y así cualquier político de la CDU del este procedente del antiguo régimen dictatorial siempre es sospechoso de subversivo. Así es también en el caso de Ángela Merkel, ex dirigente de las Juventudes Comunistas de la RDA. Ella hizo una purga al estilo que la está haciendo Rajoy en el PP (y de purgas sabían un rato en los países comunistas), lo que sólo puede ser resultado de los encuentros de Rajoy con los dos personajes que nos ocupan aquí.

Un síntoma curioso es el apoyo que ha dado ahora Llamazares a las reformas rajoyanas en el PP. El más ferviente de los enemigos del PP y activista del frente anti-PP, de repente tiene simpatías por este partido tan odiado y considerado por la extrema izquierda de IU-Partido Comunista de España como la continuidad del Franquismo. Merkel impuso -al igual que hace ahora Rajoy- un cambio del lenguaje, una suavización del vocabulario, para resultar más simpático a los votantes de centro-izquierda. Con esta estrategia, la CDU ha perdido cientos de miles de afiliados y políticos tan valiosos como Friedrich Merz, una especie de Rodrigo Rato alemán. La habilidad de Merkel de poner cada vez más a la sombra a su socio de coalición, el Partido Socialista (SPD, eufemísticamente denominado Partido Socialdemócrata de Alemania, cada vez más proclive a unirse a los comunistas de La Izquierda, partido sucesor por subrogación y segunda redenominación social del SED comunista de la dictadura de la RDA y que gana cada vez más adeptos desde que el ex socialdemócrata Oskar Lafontaine se pasara a filas de La Izquierda a consecuencia de la crisis cada vez más pronunciada de liderazgo e identidad en el SPD liderada por el provinciano moguntino y ministro presidente del estado federado de Renania Palatinado Kurt Beck) con la reciente renuncia del vicepresidente del gobierno Müntefering, ha hecho que Merkel cuente con una buena intención de voto, pero no por transformar a la CDU y traicionar a su electorado tradicional, sino por acabar también con su socio de coalición. Es una mujer astuta, inteligente y sumamente peligrosa por su origen y su indefinición ideológica (la cual no se conoce realmente). Como ha dicho estos días el ex secretario general del PP, Álvarez Cascos, la ideología se cambia ahora por redefiniciones conceptuales: "Así las cosas, creo que los problemas del PP ya no son políticos, sino que son de lenguaje.Y como todo el mundo sabe, los problemas del lenguaje se resuelven acudiendo al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y no enfrascándose en ponencias ideológicas". De allí se aplica muy bien el titular de la opinión que ayer publicó Ansón en El Imparcial: ¿Dónde vas, Mariano Rajoy, dónde vas triste de ti?

Rajoy ha reci
bido un lavado de cerebro por parte de Sarkozy y Merkel, su nueva estrategia encaja perfectamente con la de aquellos, y su desequilibrio personal ya ha quedado patente en muchas de sus intervenciones, especialmente los dos debates televisivos con Zapatero. De allí que, como dice Álvarez Cascos, "cuando una estrategia se basa en llamar victoria a las derrotas, tiene toda la lógica que el siguiente paso sea llamar sumas a las restas".

Las cosas ya no encajan y el discurso se vuelve -cuanto menos- ininteligible, indefinido e insípido. Lo único que es de esperar que los votantes, simpatizantes y afiliados del PP en España no sean tan borregos como pretenden Rajoy y sus nuevos hombres grises sin perfil. Se trata de algo más que de un liderazgo despótico: Se trata de los valores y p
rincipios que están traicionando estas "flautas del bloque comunista", estos tontos útiles que hacen el trabajo sucio para la izquierda incapaz de detener su propio fracaso, partida de la risa ante los desvanes de Rajoy, que cada vez más se parece al "Professor Unrat" ("El Profesor Inmundicias o el Final de un Tirano") de Heinrich Mann, el protagonista de "El Ángel Azul" seducido por la belleza de una mujer fatal que supone su transformación de un hombre respetado, pero tiránico con sus alumnos, en un mísero pelele que traiciona sus propios principios, cayendo en desgracia y miseria.

Para que se entienda mejor: Un "Rat" en el sistema escolar alemán es un catedrático de instituto, Unrat sería la acepción negativa del término, pero que a la vez significa basura, inmundicias. Aplicado al esquema de valores de la burguesía del momento (1904), describe la contradicción entre lo que se predica y lo que se hace. Un puritano seducido por lo desconocido, lo inmundo, todo lo que antes denunciaba como perdición. Rajoy como Profesor Inmundicias del PP.

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