17 mayo 2008

El PP, José I y la traición de los cortesanos

Lo del PP vasco, que no apoya claramente a San Gil, es una muestra más de lo que ocurre en el seno del partido. Los mediocres quieren mantenerse en los sillones a toda costa en lugar de luchar por principios. Esta situación recuerda mucho a lo que pasó con José I, el rey impuesto por Napoleón en 1808. La mitad de la corte se fue con él, la otra mitad se fue a Cádiz.

En realidad, Rajoy fue impuesto como candidato y presidente del PP sin contar con el pueblo (afiliados y votantes potenciales del PP). No contaba con apoyos sólidos, pues es un hombre sin autoridad ni carisma. No le salva que tenga tal vez más tablas que Z, pero Z es más listo que él (que no es lo mismo que inteligente), y en la política todo es estrategia, astucia, habilidad dialéctica y apariencia.

Durante los cuatro últimos años, Rajoy ha demostrado no saber de estrategia, ni él ni sus consejeros, de los que debe haber muchos en el PP (como en todols los partidos), pero ninguno con conocimiento de causa ni sentido común. La estrategia de la confrontación agresiva, en lugar de centrarse en las cosas que realmente importan para ofrecer una alternativa, desgastó sobremanera a este partido. Ni siquiera duraante la campaña electoral Rajoy supo transmitir un mensaje claro de lo que iba a ser la gestión del PP al frente del gobierno. Se limitó a insistir hasta la saciedad en temas agotados argumentativa y estratégicamente, cayendo siempre de nuevo en trampas tendidas por el listo de Z y sus demagogos profesionales.

Un hombre que no ha sabido convencer durante cuatro años y que ha perdido dos elecciones generales debe retirarse y dejar paso a gente nueva y más válida. Lo que le falla a la derecha en general es la dialéctica, algo que no se entiende, pues expertos en la materia debe haber muchos. Pero el PP no entiende de formación. Monta una fundación ideológica como FAES, que sólo parece ser una plataforma de imagen y de conferencias para un público selecto. No piensa en la formación de sus bases ni tampoco de sus dirigentes, y por eso no consigue transmitir ningún mensaje convincente.

Con una camarilla de cortesanos mediocres y de bajo perfil no se avanza. Son estos cortesanos oportunistas y traidores de la causa popular que rodean a Rajoy y que sólo piensan en manetnerse en nómina del partido. Pero faltan convicciones y bases ideológicas firmes. Un partido que se define de centrista no tiene ideas claras. Los votantes esperan más y se sienten huérfanos ante la indefinición del partido al que deben votar por no existir otro. Y creo que los cambios de Rajoy mucho tienen que ver con su encuentro con Merkel y Sarkozy en vísperas de las elecciones. Son, como él, dos dirigentes sin definición ideológica rodeados de mediocres y hombres grises.

Los valientes, aquellos que tienen ideas claras y las quieren ver plasmadas en el programa político, revientan y se ven rodeados de los mediocres que afilan cuchillos e inventan traspies. Huele a traición y, en cierto modo, a corrupción. Un tipo de corrupción de las ideas, de las maneras. Mentes corrompidas, podridas.

José I no fue mal gestor como rey, a pesar de la imposición y falta de legitimidad. Madrid le tiene que agradecer muchas reformas urbanísticas. Rajoy no fue mal ministro, y a pesar de la falta de legitimidad en su puesto de presidente del PP por su nombramiento a dedo no lo hizo mal del todo. Pero toda falta de legitimidad se traduce tarde o temprano en una pérdida de autoridad, y a la vista está que esa autoridad no la ejerce ya ni por mucho que se esfuerce por rodearse de cortesanos de bajo perfil y con una legitimidad aún más dudosa que la suya.

El PP ya tiene su propio 2 de mayo con un espectacular rebrote de afrancesados en el Partido Popular (pensemos sólo en Gallardón), y estoy seguro que acaba con la expulsión de los intrusos. La pregunta que queda es quién será el "Deseado" que sustituirá a Rajoy.


Interesante punto de vista:

3 comentarios:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

Merkel y Sarkozy serán mediocres, pero por lo menos han ganado las elecciones en sus países.

Un saludo

Atreides dijo...

No digo que lo sean Merkel y Sarkozy, pero sí se rodean de mediocres. Sobre todo en el caso de la CDU alemana no hay ni uno que destaque por encima de Merkel. Ella ya se ocupó de quitar del medio a todos que le podrían hacer sombra. Con Sarkozy habrá que ver, que lleva poco tiempo, pero por ahora no cumple las expectativas.
Merkel ganó las elecciones por los pelos, en realidad había un empate técnico con los socialistas, a los que la CDU superó con pocos miles de votos. Por esa razón están en gran coalición. Merkel es astuta, no sólo ha sabido acabar con los pesos pesados de su partido, también ha acabado con los de los socialistas, por ejemplo Müntefering. Ella mediocre no es, es lista e inteligente, pero tampoco es de derechas.

Atreides dijo...

Miguel, si te fijas en la frase: "Son, como él, dos dirigentes sin definición ideológica rodeados de mediocres y hombres grises", puedes ver que no llamo mediocres a Merkel ni a Sarkozy, sino que se rodean de ellos.