17 enero 2009

Pop anglófono canadiense: Jeremy Fisher

A veces ocurren cosas raras. Así fue que una noche hace un par de meses me apareció en sueños un amigo mencionando "aquella historia con un tal Jeremiah Fisher", cosa más que extraña, pues nunca había oído ese nombre, y no veía ninguna relación, salvo que se tratara de un fenómeno telepático. Por el contexto sólo sabía que tenía que ver con Canadá. Así que investigué en la red y dí con un Jeremiah Fisher y otro Jeremy Fisher. Este último es un cantautor canadiense que vive actualmente en Vancouver, en la provincia de Columbia Británica. Su nombre real es Jeremy Binns y nació el 15 de Diciembre de 1975 en Hamilton, Ontario.

Más intrigado por la casualidad del curioso hallazgo, localicé su página oficial en MySpace y después en iLike y LastFM, así como otras referencias. Ha publicado recientemente un segundo álbum, y al escuchar algunas canciones en MySpace, resulta que es una música bastante alegre. El chico sabe tocar y cantar muy bien y parece que se ha hecho a sí mismo con mucho esfuerzo. Algunas canciones recuerdan a Bob Dylan, especialmente cuando usa la armónica, pero igualmente hay reminiscencias de Simon and Garfunkel y de cantantes similares, y como se leerá más abajo, esa apreciación mía queda confirmada por otros. Influenciado por el soul y el blues, en sus canciones suele tocar él mismo la guitarra acústica y la armónica.

Para poder financiar su primer álbum independiente publicado en 2001, Back Porch Spirituals, Fisher se pasó seis meses de gira sobre una bicicleta comenzando en Seattle y cruzando Canadá hasta Halifax, en Nueva Escocia. En esta gira bajo el lema "One Less Tourbus", recorrió 7.500 kilómetros, dio 30 conciertos y colaboró con el Instituto de Transporte y Política de Desarrollo (Institute for Transportation and Development Policy) para recaudar fondos para el "Tour des Femmes", dirigido a promocionar el acceso de la bicicleta al transporte público y la educación de chicas en África.

"Let it Shine", su primer álbum con un sello importante (Sony BMG Music Canada), fue lanzado el 12 de octubre de 2004. "High School", el segundo sencillo de este álbum, obtuvo una amplia difusión por la radiotelevisión musical comercial canadiense a principios de 2005.

En febrero y marzo de 2005, Fisher hizo una gira por Canadá junto a Sarah Slean, y en abril fue uno de los artistas incluidos en el Programa Canadiense de Artes Escénicas (Canada Performing Arts Program) en la Expo 2005 en la Prefectura de Aichi Japón.

En 2006, Jeremy hizo una gira junto a Xavier Rudd e hizo de artista de apertura para Rex Goudie en la gira de Rex titulada "Outports Tour" realizada en 2006.

Jeremy Fisher debutó con el supergrupo industrial canadiense Jakalope en el track 'Unsaid' del álbum Born 4, publicado en 2006.

Recientemente, Jeremy firmó con Aquarius Records y completó el trabajo para su álbum "Goodbye Blue Monday” con el productor Hawksley Workman. Goodbye Blue Monday fue presentado en marzo de 2007.


Entrevista realiazada por Windup Records

"Estoy
altamente motivado", dijo el trobador postmilenario Jeremy Fisher. “Me encanta poder poner mis manos a hacer esto." El cantautor y artista establecido en Vancouver usó estas manos (que normalmente están pegadas a su fiel guitarra acústica) para lanzar el vídeoclip grabado por movimientos individuales y darle ese carácter de título antropomorfo de su vídeo casero de 60 $CAN realizado para "Cigarette”, que se convirtió en un fenómeno mediático de proporciones descomunales en YouTube, visto más de 2,2 millones de veces.

Jeremy tiende también a implicar a sus piernas: En 2002 recorrió parte de Norteamérica en bicicleta desde Seattle hasta Halifax, en Nueva Escocia -y ese es un camino muuuy laaargo, amigos— para promocionar su primer álbum titulado "Back Porch Spirituals", grabado en el estudio de un amigo. Este viaje duró seis meses e incluyó 30 actuaciones públicas, así como una serie de actuaciones improvisadas, y llevó a la creación de lo que es una base de fans ahora bastante considerable en el Canadá natal de Fisher.

También tiene una historia de tocar música en la calle o en estaciones de la manera más tradicional - y hace lo que haga falta para que su música pueda ser escuchada. Estas son las raíces más profundas de un artista autodidacta con talento y dedicación.
El último álbum de Fisher titulado "Goodbye Blue Monday" (publicado en EE.UU. el 18 de septiembre de 2007 por Wind-up Records), es una oleada de rock & roll acústico pegadizo y que engancha, juguetón y provocativo, todo al mismo tiempo. El tema de “Cigarette" emplea el tema del cáncer como metáfora para relaciones adictivas - la atracción, el deseo, el abandono y el dolor. O “Scar That Never Heals”, que examina la anatomía del corazón roto. Al mismo tiempo, ambos son composiciones completamente contagiantes con coros que resultan bastante pegadizos. Este es el estilo particular de Fisher. Los extremos del álbum están representados, or una parte, por el boyante “High School” (una versión adaptada del sencillo del segundo álbum de Fisher, "Let It Shine", que estuvo en antena durante un tiempo considerable en Canadá) y, por otra parte, las canciones “American Girls” y “Lay Down (Balada de Rigoberto Alpizar)”, que tienen un fuerte contenido político. Este es el tipo de canción que suena como si hubieras estado tocándola desde siempre, y eso que explora temas que no tienen precedentes —y esto no es moco de pavo. Hawksley Workman (Tegan & Sara), quien ha producido, tocado y cantado las voces de fondo en el álbum, dice que “Jeremy es un cantautor brillante y directo con un gran corazón.”

C
omo cantante de pelo rizado con una guitarra acústica, Fisher cumple los requisitos para ser comparado con Bob Dylan, mientras que la voz de tenor juvenil, el hábil movimiento de sus dedos y su voz electrificante e inquietante recuerdan a Paul Simon. “Al principio resultaba un poco extraño tener que escuchar este tipo de comentarios,” dice, “pero me siento realmente halagado que la gente vea estas semejanzas, y estoy seguro de que en mi colección se encuentran algunos discos de Simon y Dylan, que he escuchado alguna vez al igual que de cantantes de Delta blues como Charlie Patton, Robert Johnson, Mississippi John Hurt y Big Bill Broonzy, y las grabaciones de campo de Alan Lomax, cosas de la época de la Depresión. Por alguna razón, me identificaba con todas estas cosas antiguas cuando estuve pasando por este renacimiento de la composición de mis canciones - es lo que me inspiraba para seguir haciendo música.

Con un pie en las lenguas de raíz y con el otro en el rock, Fisher tiene una banda de gustos inusualmente amplia que le inspira en su trabajo. La mayor parte de su carrera la pasó tocando en solitario, y existe una espontaneidad desarmante en sus actuaciones. “Probablemente, el 80% de mis actuaciones las he hecho en solitario", dice, "y he construido las cosas a partir de allí. Cuando estaba tocando en la calle o en estaciones, descartaba todas las cosas hechas anteriormente y que no dieron resultado — así se desarrolló mi capacidad de escribir canciones y de actuar, y ello me dio autoconfianza. Recuerdo como llegué realmente a actuar en la calle, y por un tiempo era todo lo que quería hacer. Así que ha sido un duro ensayo en la calle hasta que encontré finalmente mi estilo, y la más reciente configuración de mi estilo comienza a parecerme la que más se acerca al estilo en el que me siento cómodo como artista individual."

Su afán de pasarlo bien hace que Fisher tenga una idea muy clara y seria sobre lo que considera su misión. "La música puede hacer muchas cosas", dice, "pero lo más grande que puede hacer es hacerte escuchar un disco durante los mejores tres minutos y medio de tu día, o la mejor noche de tu semana cuando vas a un espectáculo. Es una escapada del ajetreo diario; es una droga realmente buena para tí. Lo que intento de verdad es contar algo a la gente a un nivel humano, y en mis canciones intento gravitar hacia el elemento humano de una historia. Por ejemplo, ‘Lay Down (Balada de Rigoberto Alpizar)’ trata de un hombre que es asesinado por un teniente general en el Aeropuerto de Miami, pero la perspectiva que uso es la voz ficticia del hombre que le mató. Es decir, lo que intento es comunicarme con la gente, y la música es la mejor manera que conozco de cómo hacerlo. La música es una cosa tan misteriosa, a la vez que prácticamente invisible, pero una canción puede transmitir una sorprendente cantidad de emociones.”

E
ste es ciertamente el caso de “American Girls”, que alardea de otra premisa audazmente perturbadora. “Compuse el coro y la letra inmediatamente después de leer el veredicto en Private sobre Lynndie England, que había sido el soldado de Abu Ghraib que hizo todas las fotos de los prisioneros iraquíes”, relata Fisher. "Fue un tema tan controvertido y llamó tanto la atención, y ella acabó siendo el chivo expiatorio, pero el veredicto fue relegado a las últimas páginas de los periódicos, porque no era lo suficientemente sensacionalista, y yo no quería dejarlo pasar sin que quedara documentado. Esta canción y la balada ‘The Ballad of Rigoberto Alpizar’ tratan ambas de acontecimientos memorables, pero que no tenían la misma importancia como el hecho de una superestrella que lleva ropa interior cuando sale para tomar una limonada. Es una cultura muy rara en la que vivimos.”

A
l realizar este pequeño videoclip con gran impacto también perseguía un propósito. "Yo quería que hubiera algo allí fuera hecho por mi -y no se basaba en el marketing- utilizando lo que tenía en mi apartamento para ser lo más creativo posible", dice. “Se trata sólo de estar allí fuera y de contar algo a la gente de esta forma, y decir 'Aquí hay algo mío que he hecho para vosotros'. No puedo contestar a todos los correos electrónicos, pero quiero que sepais que estamos comunicando. Es muy importante para mi ser auténtico en todo lo que hago y de encontrar una manera creativa para conseguir hacerlo todo. Recuerdo cuando tenía 12 años y enviaba cartas de fan a pro skateboarders, esperando que lo leyeran y esperando que me contestaran. Así que sé lo que se siente.”

E
ste videoclip de 60 $CAN supuso invertir un montón de tiempo y esfuerzo. "El cigarrillo estaba hecho de pasta de modelar", explica Fisher, "y cada movimiento era una imagen individual tomada por mi, de modo que fue un proceso muy largo. especialmente cuando se trataba de las poses del cigarrillo con personas vivas y para hacerles hacer determinadas cosas al mismo tiempo. Es realmente intenso. Es como si estás sentado durante una hora para mover este pequeño cigarrillo alrededor, y luego pulsas la tecla de espacio y sólo tienes 10 segundos de grabación, pero de alguna forma te recompensa. Es divertido, porque no soy precisamente una persona paciente." Hace una pausa para un beat. “Pero soy muy aplicado."

N
o hay que dar más vueltas a todo ello two ways about that. Para Jeremy Fisher se trata sobre todo de ocuparse de los detalles, de contar la verdad, ser auténtico y dar a la gente los mejores tres kinutos y medio de su día.


Fuente de la segunda parte con comentarios del artistas:
WindupRecords

Sitios oficiales:
LastFM, MySpace, iLike, Jeremy Fisher

En Europa es un poco complicado comprar los discos de Jeremy Fisher. En iTunes sólo se permite descargar la música en EE.UU. He conseguido comprar el disco en amazon (UK). Goodbye Blue Monday cuesta unos 15 € (gracias a que el cambio de la libra es casi de 1:1.



Vídeoclips de Jeremy Fisher


Cigarette


Scar That Never Heals



Jolene


Fall for Anything

1 comentario:

Miguel A. Pazos Fernández dijo...

El vídeo de Cigarette está muy bien. Por cierto, ¿no te tiene un aire con Coti? En el estilismo, digo.