21 noviembre 2010

El calvario de crear una empresa

Los gobiernos en general hablan mucho sobre creación de empleo, empresas y actividades económicas, incluso presumen de facilitar al máximo todos los trámites relacionados con ella, pero la realidad es muy diferente. Quizás se deba a la circunstancia de que la mayoría de los políticos nunca se han ocupado de estos asuntos o que encargan su tramitación directamente a terceros. Sólo así se puede explicar que nuestra administración funcione de una forma propia de los años sesenta. Lo único que extraña es que no vuelvan a introducir las pólizas (timbres del estado), que antaño eran motivo de mofa cuando se hablaba de gestiones ante la administración.

Para crear una empresa en Madrid -y seguramente es el mismo calvario en toda España- hay que dar los siguientes pasos:
  • Reservar la denominación social en el Registro Mercantil Central (Administración del Estado). La reserva tiene vigencia durante seis meses, pero no: a los tres meses caduca el certificado para la constitución de la empresa. En este caso:
  • Debe reservarse la denominación social nuevamente. Pero esta operación no se puede realizar hasta un día después de caducar el plazo de vigencia del certificado. En ambos casos toca pasar por caja.
  • Previamente a la constitución de la sociedad se tiene que abrir una cuenta para la sociedad en constitución e ingresar el capital social que se prevé declarar en la constitución. 
  • Se concierta cita con un notario para otorgar la escritura de constitución de la sociedad, para lo cual hace falta el certificado del Registro Mercantil Central y el certificado del banco de haber ingresado el capital social.
  • Lo suyo es facilitar la labor al notario preparando previamente el texto de los estatutos.
  • Tras la firma se tiene que pedir el CIF provisional en la Agencia Tributaria. Esta operación la puede realizar el notario, pero si uno de los socios es ciudadano comunitario ya no lo hace. ¿En qué se queda la igualdad en derechos de los ciudadanos consagrada en la Constitución?
  • Un paso previo es dar de alta la nueva sociedad en el IAE, el IVA, el IRPF i el IS.
  • Con el certificado del CIF provisional se tiene que ir al Registro Mercantil de Madrid para presentar la escritura de constitución y pagar un anticipo de los gastos (no crea nadie que se queda en la cantidad que te exigen).
  • A pesar de la informatización, el Registro Mercantil de Madrid no avisa de que se ha aprobado o no la escritura, hay que estar pendiente de ello, porque a la más mínima caduca el plazo para ¡pedir el CIF definitivo!
  • Salvado este obstáculo, se recoge la escritura en el Registro Mercantil de Madrid provisto de las pegatinas correspondientes y se corre a la Agencia Tributaria para conseguir el CIF definitivo (que es el mismo que el provisional), pero para que la cosa resulte más divertida, para ello hay que pedir un certificado de CIF definitivo en una oficina especial para el Impuesto de Transmisiones de la Comunidad de Madrid, y como esto no se sabe antes, el RM tampoco lo cuenta, y así hay que darse tres o cuatro paseos.
  • En la Agencia Tributaria también se da de alta definitivamente a la sociedad en los impuestos varios. ¿Ya se ha hecho? Sí, pero no vale, era sólo provisional y hay que rellenar todo otra vez. Es para que se entretengan los funcionarios de Hacienda y para que el ciudadano se divierta aprendiendo rellenar formularios.

Una vez hecho todo esto parece que la sociedad puede funcionar normalmente. Entre tasas y traslados, los gastos ascienden ya a unos 500 euros, todo eso sin haber hecho aún nada de lo que será la actividad de la empresa y sin contar el tiempo invertido.

Si además uno quiere obtener financiación del ICO o de otro fondo para emprendedores, que se olvide. El estado no regala nada, y el crédito ICO sólo te lo dan si ya tienes bastante dinero. Esto queda muy bien ilustrado con lo que comenta J. Manuel Sevilleja, de Feeling Family, en La Gaceta: "Hemos tenido todos los problemas del mundo, tanto a la hora de encontrar bancos que nos financiasen como para recibir el apoyo de las administraciones públicas. Todo lo hemos conseguido por nuestra cuenta."

No sorprende que España esté en el puesto 62 del ranking de facilidades para emprender, ya acaba de caer 11 puestos, lo que es bastante significativo.

Recuerdo que a finales de los ochenta la Comunidad de Madrid presumía de haber creado la Ventanilla Única. En aquellos tiempos fui a dicha oficina, pero en realidad lo único que te facilitaba era información, no los trámites.

Más de veinte años después la situación sigue igual. La adminsitración no ha sido capaz de modernizar todos estos trámites y ahorrar al ciudadano un montón de tiempo.

El presidente de Ciudadanos (C’s) y candidato a la presidencia de la Generalitat, Albert Rivera, ha defendido durante la campaña electoral catalana, desde el Mercado de la Independència de Terrassa, “la creación de oficinas territoriales del emprendedor”, que concentren todos los trámites burocráticos en una “ventanilla única” para agilizar la apertura de negocios viables que permitan generar empleo en Cataluña.

Por ello, Rivera ha aludido al “problema que tienen las Pymes para acceder a un crédito”, por lo que propone “la colaboración del ICF para que se convierta en una banca pública temporal”.

Estas son algunas de las medidas que propone C’s con el objetivo de “simplificar la administración pública”, porque, tal y como ha argumentado Rivera, que ha estado acompañado por la número cinco, Montse Navarro, funcionaria de profesión: “Los ciudadanos y los funcionarios, como Montse, deben trabajar de la mano”.

Por esta razón, Rivera también reclama “la supresión de los consejos comarcales como entes políticos, que las veguerías no se lleven a término y que se abra el debate sobre las diputaciones”, porque tal y como argumenta: “Con tres niveles administrativos, Estado, autonomía y ayuntamiento, tendríamos suficiente”.

Rivera ha señalado, en este sentido, al PSC y a CIU: “No queremos una administración que sirva para colocar a cargos públicos, queremos una administración que esté al servicio de los ciudadanos”.

Los ciudadanos nos tenemos que rebelar contra la obsoleta administración pública que los políticos hasta ahora no han sido capaces de modernizar -por evidente falta de interés-. Ciudadanos aboga por esta modernización y parece ser un partido capaz de impulsar las medidas necesarias para conseguirla.
No podemos seguir viviendo en el siglo XIX, como parece ser el caso de la mayoría de los políticos españoles. Las nuevas tecnologías permiten una agilización de los trámites burocráticos y un adelgazamiento notable de la administración pública, tan inmovilista y sumergida en sus incontables normas y disposiciones creadas, sobre todo, para entorpecer la vida de los ciudadanos, no para facilitarla.

¡Rebélate! Apuesta por el cambio.

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